
07 Mar Soy mamá y tengo tatuajes… ¿Y?
El año pasado pagué por fin una deuda que tenía pendiente conmigo misma; me hice un nuevo tatuaje. Uno que venía deseando hace años, y que aunque en cuanto a diseño es quizás más sencillo que los otros dos que ya tenía, es el que mayor peso emocional y significado tiene para mí.
Y es que aún en este siglo, en esta época, me siento con la necesidad de hablar de este tema que, ridículamente, sigue generando críticas y preguntas tontas que no dejo de recibir ocasionalmente, primero, porque hay gente tan limitada que aún piensa que tatuarse es sinónimo de ser «badass«, de llevar una vida ligada a a las drogas, excesos o «malas costumbres», y segundo, porque si quien exhibe un tatuaje es mujer, y peor aún, mamá, entonces Dios libre a sus pobres hijos del ejemplo que les está dando.
Entonces, como ya he escuchado demasiado, y aunque Ud. no lo crea, no tomo ni fumo, a pesar de tener tatuajes -pequeños y discretos, por cierto-, me puse a pensar en las principales preguntas o comentarios que he recibido sobre este tema y decidí hacer un mini compilado de Q&A con el que seguramente varias mamás se sentirán identificadas.
¿Por qué te los hiciste?
La respuesta más honesta y espontánea que me nace cuando escucho esta pregunta, vendría siendo ¡¡¡¡¡¡PORQUE SÍ!!!!! Pero OK, profundicemos. En mi caso, los tres tatuajes que tengo marcan algo importante, una etapa superada, un recuerdo muy profundo que me importa mantener vivo o el recordatorio constante de lo que me centra. Y la verdad, es que aunque no tuvieran peso emocional alguno, soy una persona totalmente estética y simplemente, me fascina cómo se ven. Creo que con eso ya sería más que suficiente, ¿no?
¿No te da miedo/lata/vergüenza ser algún día una abuela arrugada con tatuajes?
No, no me da ninguna de las anteriores, por el contrario, lo encuentro increíblemente divertido, y el mundo estará -¡y ya está!- lleno de ellas. Es más, espero ansiosa el día en que mis nietos me pregunten el por qué de cada uno de mis tatuajes (que sí, van a seguir aumentando), para poder contarles la historia de cada uno de ellos y que sepan que su abuela decrépita algún día fue apasionada y tuvo una vida.
¿Y cómo se lo explicas a tus hijos? Porque seguro que van a querer hacerse más de uno…
Para mis hijos, que yo tenga tatuajes es tan normal como que tenga pelo. Son algunos adultos los que ridículamente todavía los asocian a algo «raro» o «anormal». Mi hijo mayor, de casi 5 años, me preguntó algo más o menos así;
– Mami, ¿qué es eso?
– Un tatuaje, amor.
– ¿Y eso qué es?
– Un dibujo que uno se hace en la piel y queda para siempre.
– ¿Puedo hacerme uno?
– Claro, cuando seas adulto, si quieres, puedes hacerte uno.
– Ok.
Y listo. Eso fue. No big deal. Sigo siendo buena mamá, o al menos lo intento. En serio.
¿Pero qué ejemplo le das a tus hijos al tatuarte?
Uno increíble, de hecho. Les doy el ejemplo de hacer lo que ellos quieran y en lo que crean, sin importar los prejuicios. Que los únicos que pueden tomar decisiones sobre qué hacer o no con sus cuerpos son ellos mismos. Que no tiene nada de malo ser o verse diferente, ni menos lo que el resto de la gente piense sobre cómo se ven, mientras ellos se sientan bien consigo mismos. Y creo, de hecho, que son lecciones fundamentales.
Y bueno, hasta que ese estigma ridículo que ¡aún! rodea este tema no desaparezca, invito a quienes todavía no lo hacen, a abrir un poco sus mentes… ¡Van a ver lo bien que se siente!
(Foto por NordWood Themes)
Sin comentarios