
06 Mar Gente tóxica (sí, sabes de quien hablo)
Hace ya varios meses me topé en Facebook con un artículo que me quedó dando vueltas hasta el día de hoy. Me hacía demasiado sentido. Hablaba sobre ese tipo de personas que tienen la constante capacidad de cagarte el día, la onda, bajonearte y ponerte tenso/a o de mal humor, a veces incluso con su simple presencia, sin siquiera abrir la boca. SIEMPRE. No se trata de aquellos que justo un día andaban con los monos. No. Esto es algo que va intrínseco en algunos seres humanos. Y después de analizar y confirmar que efectivamente conocía a varios, me di cuenta de que para mí, existen dos subcategorías dentro de este gran mundo de personalidades; las que lo hacen a propósito, y las que no.
Con ya casi 31 años, me he enfrentado a lo largo de la vida con varios especímenes de este tipo. Y si hay alguna lección que he aprendido, -lamentablemente en la mayoría de los casos a golpes-, es que uno tiene que rodearse de gente que le haga bien. La vida es demasiado corta como para malgastarla con personas que restan, ¿no?
Los culpables
Estos personajes son de temer. Esa gente cizañera, mal intencionada, mentirosa, que siempre quiere verte mal, que dentro de sí se alegra cuando te pasa algo malo aunque, obvio, demuestre todo lo contrario. Pero no. No nos engañan. Uno sabe que le están deseando mal, la mala vibra se siente. Oye, todos conocemos a más de uno así. Y querámoslo o no, las emociones se contagian.
Personas llenas de ira, que encuentran que todo es malo, que enfrentan la vida de manera negativa. Aquellas que en su interior jamás se alegran por el triunfo ajeno porque todo para ellas es competencia. Es lamentable, pero ahí afuera está plagado de personas así. Y sí, en este caso es intencional, con plena conciencia de lo que piensan/dicen/hacen. ¿Consejo? Mientras no se trate de tu mamá, tu hermana o tu cuñada, corre por tu vida. Aléjate lo más posible y no mires nunca atrás. Así he hecho yo y ¡WOW! qué liviano se siente. Ahora, si tienes a una persona tóxica consanguínea, aprende a contar hasta 10 antes de dejar que te afecte y siempre, siempre, mira las cosas de quien vienen.
Las víctimas de sí mismas
Este tipo de personas, para ser honesta, me genera un poco de lástima. Son personas que en simples palabras… generan rechazo. Existen de muchos tipos, y muchas veces ni ellos mismos se dan cuenta de lo que provocan. Manipuladores emocionales, víctimas siempre y, muchas veces, mentirosos compulsivos, a tal nivel, que ellos mismos se creen lo que inventan. Egoístas; siempre, siempre, van a estar peor que tú. Pero ojo, que todo esto no es con intención. Al menos no siempre.
Hace poco una psicóloga me explicó lo que era el «Doble Vínculo», un término demasiado necesario para ponerle nombre a una situación que, estoy segura, a más de uno le ha tocado y que, en lo personal, «La historia de mi vida» lo resumiría perfecto. Me refiero a esas veces en que, hagas lo que hagas, a ojos de ciertas personas, siempre va a estar mal. Te tienen. Así de simple. Si haces X cosa, está mal, pésimo. Hablarán mal de ti con todo el mundo, te criticarán abiertamente y emitirán su juicio de valor por todos lados. Pero ojo, que si no la haces, pasa EXACTAMENTE lo mismo. ¿Qué hacer? Lo que se te pare la raja. Porque, como ves, hagas lo que hagas, la vas a cagar igual. ¿Les suena?
Bueno, todo este tema de la llamada «Gente Tóxica, no es nuevo. No lo estoy inventando, y luego de una corta pero fructífera investigación, me di cuenta de que existen textos y textos sobre el tema.
Les dejo aquí el artículo original que me inspiró a escribir esto y, si lo que dije les hizo algo de sentido, entonces más aún les recomiendo que lo lean. Al menos hoy miro a mi alrededor y estoy sumamente tranquila. La gente cercana que me rodea es la correcta, la que efectivamente quiero cerca. Y la gente tóxica, bueh… ¡Por allá atrás los dejé hace años! ¿Y Uds.?
(Foto por Mark Riechers)
Sin comentarios