
21 Mar Ay marzo, ¡cómo te extrañaba!
Sí sé que voy totalmente en contra de la corriente, pero primero deben saber que suelo ser así y, segundo, no puedo evitarlo. Es que necesitaba tanto un nuevo marzo en mi vida. A riesgo de sonar mala madre, confieso que extrañaba una rutina escolar con todo mi ser. Que los niños tuvieran sus propias actividades y así, yo poder dedicarme a las mías.
Para mí un nuevo marzo es sinónimo de cambios. Es el verdadero comienzo del año. Y no influye demasiado en que mi hijo mayor y yo estemos de cumpleaños en este mes, (al menos el mío, no, de hecho lo detesto), o que justamente hoy, empiece mi estación del año favorita (eso tal vez puede influir, para ser sincera), sino que más bien se trata de estar en movimiento. Mucho rato quieta y me ahogo, me deprime.
A pesar de que mis hijos duermen pésimo, a pesar de que la entrada al colegio corre para la mamá también y no soy en absoluto una morning person, a pesar de tener mil y un pendientes y de que me falte tiempo para no hacer nada, este marzo ha traído cambios de los buenos, dentro de ellos un trabajo nuevo en el que me siento cómoda, con el que me identifico y que reúne las cosas que más me gustan. Y sé que no cualquiera puede decir lo mismo.
Así que eso… A veces leo posts antiguos sólo para ver qué tonteras escribí hace algún tiempo y por lo menos soy constante en una cosa, en lo agradecida que estoy de la vida. Cada cosa llega a su debido tiempo y, por lo general, cuando tiene que llegar. Así que gracias marzo, una vez más. ¡Yo veo mucho más allá de tus deudas y obligaciones!
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